Así llaman al dictador en los mensajes de generales y mandos militares franquistas, retirados en muchos casos, e incluso algunos en activo, forma de actuar para evitar el ensalzamiento a la dictadura, posiblemente punible, según el juez y ya ha quedado 
demostrado que muchos de ellos son amigos o simpatizantes de ellos y del otro. Pero pasemos a desnudar la verdad de cómo era Franco¸ este elemento siempre actuó de forma que fuesen otros quien diesen la cara, ordenaba desde la distancia, se le podría definir de múltiples formas y todas le encajarían a la perfección como: felón, taimado, cruel, cobarde y rencoroso. También fue descrito como un elemento que siempre se sintió relegado y le llevó a una gran frustración cuya consecuencia fue el odio, y ese odio lo destinaba dañando a personas o colectivos concretos, planificó las conductas de agresión evaluando y anticipando las reacciones de los demás y para encubrirse a sí mismo. También lo pensaba o leyó Miguel de Unamuno cuando en octubre de 1936 pronunció la frase: «la nuestra es solo una guerra incivil. Vencer no es convencer, y hay que convencer, sobre todo, y no puede convencer el odio que no deja lugar para la compasión».
– La felonía de este elemento se inicia el 10 de agosto de 1932 cuando hubo un primer intento de golpe de Estado contra la República, «la Sanjurjada», fracasó siendo su líder el General Sanjurjo, capturado, aunque posteriormente amnistiado, se exilió en Portugal donde siguió participando en conspiraciones golpistas. Los fascistas nunca amnistían, todos los militares que no les apoyaban posteriormente fueron fusilados.
– Nada más conocerse la victoria en las elecciones por el Frente Popular, el 16 de febrero de 1936, la conspiración militar para desencadenar un nuevo «golpe de fuerza» (como lo llamaban los conjurados) para derribar al Gobierno se pusieron en marcha tres días después, el 19 de febrero. Estando varios de ellos en puestos claves, cuando el líder de la CEDA (José María Gil Robles) en 1935 consiguió la cartera de ministro de la Guerra en el Gobierno, procedió a nombrar a generales derechistas para los puestos clave; Franco como jefe del Estado Mayor Central; Fanjul como subsecretario de Gil-Robles; Goded responsable de Aeronáutica; Mola jefe de las fuerzas en Marruecos.
Esta nueva intentona del 19 de febrero fue frustrada por dos personas claves, el director
de la Guardia Civil el general Sebastián Pozas Perea (murió exiliado en México), viejo africanista, pero fiel a la República, que al recibir la llamada de Franco para unirse a una acción militar y ocupar las calles, se negó. Igual ocurrió con el Jefe de la Policía, el general Miguel Núñez de Prado (fusilado el 24 de Julio en Pamplona), junto al fracaso de los generales Goded y Fanjul para sublevar a la guarnición de Madrid, Franco se echó para atrás,
Enterado el nuevo Gobierno de esta intentona tomó la decisión de alejar de los centros de poder a los generales más antirrepublicanos; Goded fue destinado a la Comandancia militar de Baleares; Franco, a la de Canarias; Mola a Pamplona. Otros generales significados, como Orgaz, Villegas, Fanjul y Saliquet quedaron en situación de disponibles. Altos mandos militares fueron trasladados a Tenerife.
– El taimado Franco se inicia en la brutalidad de la represión durante la Revolución de octubre 1934, duramente reprimida por el gobierno radical-cedista de Alejandro Lerroux, la insurrección se debió por haber dado entrada en el gobierno a tres ministros del partido no republicano CEDA, con sus propuestas contra los derechos laborales. La reprimió por medio del general Franco, entonces gobernador militar en Baleares, se traslada a Madrid (vivió en en la 3ª planta del Paseo de Recoletos de Mardrid, edificio frente a MAPFRE) y desde Madrid envió a Asturias a los Regulares (tropas árabes) y la Legión, ambas procedentes de Marruecos al mando del Tte. Coronel Yagüe (comandante de las sanguinarias tropas africanas), junto al general López Ochoa que recibiría el sobrenombre de «Carnicero de Asturias», (ver nota 1).
– El 13 de marzo de 1936, Franco arriba en Santa Cruz de Tenerife para 
tomar mando en plaza con el rango de comandante militar de Canarias, un destino que era un destierro dado que el Gobierno de la República recelaba como presunto golpista. Llegó a las Islas precedido por la aureola de ser, además del más joven general, era célebre tras su destacado papel en el aplastamiento de «la revolución asturiana de 1934», (ver nota 2). En Tenerife los frustrados camaradas de Franco le apodaron Miss Islas Canarias 1936, 120 día después se sumó a la sublevación
– El 14 de abril de 1936 desfiló por las calles de Santa Cruz junto al alcalde republicano José Carlos Schwartz y el gobernador civil Manuel Vázquez Moroa, conmemorando el quinto aniversario de la II República. Parecida felonía a la de Fernando VII, cuando el 7 de marzo de 1820 juró la Constitución de 1812 con la frase «Marchemos francamente, y yo el primero, por la senda constitucional», frase que a repetido más de una vez el «niño de Abu Dabi» en diferentes discursos, ahora vemos cómo actúa la saga borbónica y sus adictos.
– Franco a comienzos del verano de 1936, seguía vacilando», (ver nota 3). Para la derecha, tanto en Asturias como en Cataluña, el desenlace de octubre representaba la contrarrevolución inacabada. Tuvo lugar lo que José María Gil-Robles denunció como «el abuso manifiesto de las amnistías y los perdones». Muchos encarcelados, pero pocos fusilados, es imprescindible una segunda etapa «contra la revolución y sus cómplices», fue la consigna de la CEDA para las elecciones de 1936. La misma que utiliza la oposición actual PP/VOX/Cs y se ve la afinidad de los Wassap de ciertos militares en sus redes (pidiendo matar a 26 millones de españoles), con aquellos días. Sin que el actual jefe del Estado, haya pronunciado una sola palabra ante tamaña iniquidad como mando supremo de las FF AA, según el juramento que prestan los de alta graduación al ostentar el fajín supremo y los que se encuentra en la reserva, demostración palpable que la ciudadanía no es causa de su devoción.
– el 23 de junio Franco da una muestra más de su felonía, envía una carta al presidente del Gobierno, Santiago Casares Quiroga, donde insinuaba que el Ejército era hostil a la República, pero él sería leal si se lo trataba adecuadamente. Tiempo antes Sanjurjo comentó desde su exilio en Portugal, en una reunión con los afines a la nueva asonada: «Franco no hará nada que le comprometa; estará siempre en la sombra porque es un cuco». Después de escribir esta carta, se realizó el reparto de funciones entre los conspiradores. Franco fue destinado al mando de la sublevación en Marruecos, por haber sido jefe de la Legión y la lealtad del ejército colonial, crucial para el éxito.
– El 13 de julio, exclamó ante el mensajero, el coronel González Peral: «La patria ya cuenta con otro mártir y no se puede esperar más. ¡Es la señal!», refiriéndose al asesinato de Calvo Sotelo. Poco después envió un telegrama a Mola. A última hora de la tarde, Franco hizo gestiones y mandó a su esposa e hija a Bayona (Francia) bajo nombres falsos. A finales de septiembre envió a buscarlas y se instalaron en Salamanca una vez consolidado el frente norte.
– 16 de julio, muere el Gral. Balmes, el historiador Ángel Viñas, catedrático emérito de la Complutense de Madrid, en su obra «El primer asesinato, Franco urdió el asesinato de Balmes». El general murió «supuestamente» al dispararse mientras manipulaba un arma encasquillada.
– El 17 de julio, para asistir al entierro del Gral. Balmes, se traslada desde Tenerife a Las Palmas, donde el Dragón Rapide se encontraba desde el día 15 en el 
aeródromo de Gando. Tras subir al avión, arrojó su uniforme, el pasaporte y todos sus papeles al mar, incluso se afeitó el bigote para evitar que le reconocieran en caso de un aterrizaje forzoso. Llegaron a Agadir (Marruecos) a las cinco de la tarde, paso previo para llegar a su destino, después partir hacia Casablanca, donde pasarían la noche en un hostal de la ciudad con la idea de viajar finalmente a Tetuán, el 19 de julio», (ver nota 4).
– 18 de julio, se subleva el 80% del ejército contra el Gobierno, al que juraron respetar la legalidad de las urnas. Sólo le quedó un 20 % de los mandos militares (una parte de ellos se pasó a la zona de los sublevados). El Gobierno tuvo que recurrir a las masas populares, sin experiencia ni preparación militar.
– Entre el 19 y 20 de julio, Salamanca ya pertenecía a los golpistas. Esta ciudad siempre fue un punto clave para Franco. Se estableció a partir del día 21 de septiembre en el Palacio Episcopal siendo el cuartel general de los insurrectos hasta 1937, por gentileza del obispo Plá y Deniel que cedió su residencia a los golpistas.
– La principal preocupación de Franco era cubrir su propia retirada en caso de que el golpe fallase. Por ello se instaló en Salamanca a 120 Km de Portugal, donde 
las FF AA y la élite financiera apoyaban la dictadura de Oliveira Salazar, que temiendo que la situación de España afectase a Portugal proporcionó a los sublevados apoyo logístico y armamento, permitió la comunicación entre los ejércitos sublevados del norte y del sur cuando aún no podían establecer contacto por tierra, concediendo suministros militares, repatriaron a cientos de refugiados republicanos, y aportó una modesta cantidad de combatientes (los Viriatos).
– El 20 de julio en Sevilla acabaron con la resistencia de milicianos en Triana y la 
plaza de san Marcos, el 22 tomaron la Macarena (ver nota 5). Los insurrectos ya controlaban las capitales de provincia: Cádiz, Huelva, Granada Córdoba, Badajoz, Cáceres, Ávila, Salamanca, Zamora, Orense, Pontevedra, Lugo, La Coruña, León, Palencia, Valladolid, Segovia, Burgos, Vitoria, Pamplona, Logroño, Soria, Huesca, Zaragoza, Teruel, Palma de Mallorca, las islas Canarias y todos los territorios españoles en África; el resto territorio español quedó bajo el control del Gobierno de la República.
– El 20 de julio de 1936, los jefes del ejército sublevado, reunidos en Burgos, nombraron a Franco «Generalísimo y Jefe del Estado», aunque no fue publicado en el BOE hasta el 28 de septiembre de ese mismo año, asumiendo, la dirección de la guerra y del gobierno en la zona controlada, mientras tanto él seguía en Marruecos (ver nota 6)
– El 21 de julio de 1936, las milicias populares y Guardia de asalto, sometieron en asedio al Alcázar de Toledo, contra las fuerzas de la guarnición de Toledo, reforzadas por la Guardia Civil de la provincia y un centenar de civiles militarizados sublevados, con ellos, más de medio millar de mujeres y niños que se llevaron también a su interior. Muchos no habían elegido encerrarse dentro, y no todos eran familias de los Guardias Civiles y militares sublevados.
– 6 de agosto, y solo cuando gran parte del territorio español estaba controlado por los sublevados, Franco trasladó parte de su ejército en avión cruzando el Estrecho de Gibraltar.
– Una vez controlada gran parte de la Península, abandona Marruecos el 7 de agosto aterrizando en Sevilla con el resto de su ejército, en aviones entregados por Alemania e Italia.
– 
21 de septiembre, Franco llegó a Matilla de los Caños (Salamanca) a 30 Km. de Salamanca y a 90 Km. de Portugal, por si las cosas se torcían, lugar donde se realizó una pista de aterrizaje exprofeso. Posteriormente el obispo Plá y Deniel, no dudó en ceder su palacio para que se sirviese de él como sede durante la Guerra Civil
LOS GENERALES VARELA, MOSCARDÓ Y FRANCO RECORREN LAS RUINAS DEL ALCÁZAR DE TOLEDO, POCO DESPUÉS DE LA LLEGADA DE LOS LEGIONARIOS
– 27 septiembre de 1936, las milicias se retiraron cuando se acercaban las tropas africanistas al mando del Gral. Varela, que entró en el Alcázar de Toledo. Franco llegó el 29 para la foto, muy utilizada propagandísticamente.
– El 28 de septiembre, Luis Orgaz toma la iniciativa de proponer al general Franco como Generalísimo, siendo proclamado Caudillo cerca de Salamanca. Pero ante la reticencia de Cabanellas y quienes le apoyaban, que no querían que nadie pudiera acumular en su persona tal plenitud de poder. Se introdujo una aclaración «mientras dure la guerra», nota que molestó enormemente a Franco y su mención pronto desapareció.
Hay que estar vigilantes para que la historia no se repita como piden ciertos elementos con sus bravatas.
