Consumada con el beneplácito de los considerados partidos mayoritarios, y con
demostración palpable de su origen, el del Caudillo de España «por la gracia del dios», que nombró un sucesor por designio divino, él era el único facultado para realizarlo gracias a la providencia divina que le guiaba. Ahora se ha refrendado, haciéndolo no de la forma habitual que lo hacen los monarcas existentes en el mundo en la actualidad, se ha realizado según su origen, el militar, remarcando que su poder viene de las armas, las que destituyeron la República, forma de Estado elegida por sufragio universal, no como la actual, por Decreto ley.
Todo envuelto en una polémica sobre la abdicación de su padre, no contemplada con claridad en la Constitución de 1978, y con las concentraciones reclamando Referéndum sobre la forma de Estado acalladas en los medios de información, pero a su vez atacados por todos ellos, desde «eruditos» basándose en los problemas de las dos repúblicas que existieron, sin referirse a que ambas fueron derrocadas por las armas. La 1ª en 1874 por el asalto a las Cortes del General Pavía y la 2ª en 1936 por la sublevación fascista de Franco, ambas con escaso recorrido para consolidarse al ser cercenadas por las bayonetas. Sigue leyendo









